El proceso de creación por el que pasó Stardew Valley —obra de un chaval graduado en ingeniería informática— es cuanto menos curioso: el tipo (durante cuatro friolentos años) trabajó más de diez horas al día en el proyecto (ocupándose de todos los aspectos que conlleva), mientras se mantenía con el sueldo de un empleo a media jornada como acomodador de una sala de cine. Aquello que en un principio parecía ir a cubrir un subgénero casi extinto en la plataforma de PC, acabó convirtiéndose en algo realmente grandioso y todo un fenómeno en la plataforma de Steam.
Presentación
El ajetreado sistema social en el que vivimos siempre nos obliga a ir a más, a querer más y ser todavía más. El mundo cambia y nosotros, la humanidad, las personas, simplemente nos limitamos a intentar adaptarnos a todos esos cambios. Perdidos en medio de una tormenta con exceso de positividad —una que podríamos catalogar casi infinita—, ¿cómo somos capaces de afrontarnos a nosotros mismos? ¿cómo afrontarnos para saber realmente qué nos conviene? En nuestra sociedad casi no podemos rechazar el dejar pasar oportunidades, esas que nosotros creemos que nos hará estar al alcance de la denominada «buena vida», o de lo contrario pensamos que sucumbiremos a la marginalización social y pasaremos a ser consideramos unos sujetos «defectuosos».
Stardew Valley resulta ser, de primeras y antes de nada, esa clase de obras que demuestran el grandísimo potencial que se esconde debajo del montón; y que tan sólo una persona, con su talento y su voluntad, es capaz de desarrollar y llevar a cabo. En él, tras quedar abrumados por la vida moderna, heredaremos la vieja granja rural de nuestro abuelo, residente de un pequeño y hermoso valle alejado del ajetreado ambiente urbano. Allí daremos inicio a una nueva vida, a un nuevo comienzo, centrándonos en el cuidado de los campos y colaborando «pasito a pasito» en hacer más próspero nuestro espíritu. Al igual que, en cierta manera, recuperar el conformismo minimalista de aquello verdaderamente importante.
La obra creada por Eric Barone, como he comentado al principio, toma su punto de partida desde esa piedra angular: el sistema social y económico del siglo XXI; no obstante no son temas que el título trate de manera muy explícita al público. Las lecturas que podamos hacer acerca de todos esos temas son más bien sutiles. Aun así, Eric Barone ha hecho un estupendísimo trabajo con este proyecto al que podríamos denominar «El Sucesor espiritual de Harvest Moon» (con ciertas modificaciones), así que dicho esto, y sin más dilación, saquemos nuestra lupa y pasemos a descubrir qué pigmentos cubren su increíble lienzo ludoficcional.
Características Stardew Valley
- JUEGO: Stardew Valley
- PLATAFORMA DE JUEGO: PC, PS4 y Xbox One
- TIPO DE JUEGO: Simulador, Rol, Pixel Graphics
- REQUERIMIENTOS DE ORDENADOR: 2GB de RAM
500 MB de espacio
Windows
256 mb de memoria de vídeo. - EDAD: +7
Pruebas Juego
Stardew Valley fue uno de los videojuegos independientes de mayor éxito durante la temporada de 2016, y sin duda alguna una de las propuestas más originales que se ha podido ver en el panorama indie. Y ¿sabéis qué? Me negué a jugarlo en su momento. Creo que fácilmente podría catalogarlo como el juego que más me han recomendado; sin embargo, a todas las peticiones que me concebían para poder darle una oportunidad recibían la misma respuesta por mi parte: «jamás». No obstante, a raíz de la reavivación que ha sufrido el título (tras el lanzamiento a finales de la semana pasada de la edición física para PlayStation 4 y Xbox One), decidí subirme al barco (aunque en la edición de PC) y dar mis primeros pasos en la obra de Eric Barone, después de ser uno de los títulos que, como he comentado, posiblemente más me habían recomendado.
Unas pocas horas posteriormente de dar comienzo a mi primera partida en Stardew Valley, a medida que iba descubriendo más y más cosicas, me empezó a surgir un pensamiento introspectivo hacía el juego: «creo que la obra se centra demasiado en promocionar una imagen que para nada se acerca a su realidad». Ésto vino a cuento en vista a que, la imagen general que se da sobre Stardew Valley, o que al menos la que yo tenía en mente, simplemente cubre un pequeño porcentaje de todo cuanto se oculta detrás. Y la verdad es que me sorprendió muchísimo todo lo que esconde este pequeño diamante en bruto.
Podría parecer obvio el hecho de reservar todo lo mejor para el final y para aquellos que, evidentemente, jueguen al juego; pero los componentes y mecánicas que forman parte de su ecuación, a simple vista y para alguien como yo (completamente ignorante) que iba con la mentalidad de: «voy a cuidar de una granja y solamente a cultivar», resultan increíbles. Parece como si no pudieran contener correlación entre sí; en realidad la tienen, sí, y de una manera fascinante. Incluso tras varias horas de juego me reafirmé la conclusión de que, la imagen pública de Stardew Valley, se auto-define a sí misma de una manera que creo que ciertamente no le corresponde; como decía Oscar Wilde: «definir es limitar», y pienso que, entre otras cosas, no son suficientes cuatro simples etiquetas (como tiene en Steam) para ser catalogado, o limitarnos a referirnos a él como un simple juego de rol.
La gran magia de Stardew Valley reside en que cada uno de sus múltiples elementos contribuye a crear un universo perfectamente hilado, uno en el que nosotros, los jugadores, podremos operar según nos venga en gana: ninguna de las actividades son obligatorias, ni existe urgencia alguna por llevarlas a cabo; a no ser que sirvan en ese momento a un propósito específico para el jugador. Perfectamente podríamos pasarnos toda la vida en nuestro humilde huerto, ignorando cualquier posibilidad de interacción social (por ejemplo, pasar de la primera misión que nos invita a familiarizarnos con los demás NPC del pueblo). Durante el tiempo que estemos jugando podremos escoger libremente qué actividades, o misiones, consideramos más interesantes y divertidas, y centrarnos en llevarlas a cabo para ir avanzando.
En mi caso, durante varias de las largas horas en las que estuve inmerso, la granja —que se supone que es el centro y el núcleo de todo— pasó a tomar un papel completamente secundario en mi partida. Me centré durante varias sesiones a simplemente luchar contra los slimes en la mina, como si de un Dungeon Crawler se tratara; a recoger minarles y a simplemente dejarme llevar por la curiosidad de ver qué se albergaba en lo más profundo, e insólito, de aquel lugar. Es Maravilloso. En este aspecto considero que, su gran semejanza con Terraria (Re-Logic 2011), le da un punto de versatilidad muy interesante al conjunto general. Cabe mencionar que uno de los mayores «defectos» (por llamarlo de algún modo) que pude encontrar durante mis travesías a la mina, o simplemente trabajando en los cultivos, fue que la barra de stamina se vacía con demasiada rapidez, limitando drásticamente la cantidad de acciones que podemos realizar durante el día. Incluso a veces, después de levantarnos, aparece a la mitad de su capacidad. Aunque en parte eso me pareció particularmente interesante, en vista a que a nivel narrativo nos podría estar indicando que no siempre nos levantamos de la cama con ganas de trabajar.
Pese a que las opciones a llevar a cabo son múltiples y muy diversas, admito que tiene sentido que se haga especial hincapié en que el conjunto general de nuestra granja (y no solo el habitáculo en el que dormimos) pueda ser más personalizable. Nuestra granja es, por decirlo de algún modo, la identidad que nosotros albergamos dentro del videojuego, donde empieza y finaliza todo nuestro día, y precisamente por ello comprendo que se promueva la imagen del título bajo esa concepción —empero la sorpresa que me llevé con todo lo demás no me la quita nadie—.
Todos y cada uno de los distintos aspectos de Stardew Valley están cuidados con un detalle, un mimo y un cariño especial que hacen que merezca la pena investigar cada rincón del valle: desde el sistema de cultivos y granja hasta las relaciones y amistades con los habitantes de Pueblo Pelícano. De hecho, este curioso aspecto social (sin duda de las propuestas que más me atrajo cuando empecé a jugar), está asombrosamente trabajado gracias a un intrigante guión: al mejorar nuestra amistad con los habitantes podemos ver cómo se van desarrollando temas íntimos, y de especial complejidad, que no suelen verse a menudo en otros juegos de una manera tan bien acertada. Aun así, de todo lo relacionado con este asunto, el mayor apego con el que me pude encontrar fue, a momentos, lo dificultoso que resulta ser encontrar, o hallar, a ciudadanos concretos en momentos puntuales. En futuras actualizaciones se agradecería poder disponer de un buscador, o alguna herramienta, para poder tenerlos localizados y saber dónde ir.
Cada sujeto que, de un modo u otro, habite o visite Pueblo Pelícano tiene una historia que contar; y si queremos podemos ayudarlos como buenos samaritanos y hacer de sus vidas algo mejor. Está claro que no todos los habitantes llevan en sus hombros una gran carga dramática, pero son ejemplos de lo que comentaba anteriormente: los sujetos de Pueblo Pelícano no solo son NPC parlantes sin ningún tipo de carisma, sino que tienen sus luces y sus sombras; cuando por primera vez dialogué con ellos me sorprendí un montón por recibir reacciones tan naturales que me hacían empatizar a la primera de cambio. Además que, en varias ocasiones y situaciones, dispondremos de la opción de elegir entre varios tipos de respuesta que pueden determinar la conducta de nuestro receptor, haciendo que la situación pueda cambiar cuando menos nos lo esperemos. Stardew Valley contendrá una casi infinidad de contenido, pero el gran apego que podemos percibir en la construcción de un elemento tan esencial como es la conducta con los NPC lo hacen, sin duda alguna, verdaderamente especial al igual que único.
Conclusión
No hay mucho más que pueda decir…Es cierto que el paso de los días, los meses, y las cuatro estaciones dentro del juego, junto al número (en parte limitado) de acciones que podemos ir realizando, colaboran a crear una cierta «rutina» que fácilmente podríamos identificar como nuestra vida diaria misma. No obstante creo que parte de esa aura tan mágica que envuelve a Stardew Valley se canaliza en recuperar precisamente ese «espiritualismo» que nos concierne como los humanos que somos. La obra de Eirc Barone se enmarca bajo la concepción de un juego simpático, sencillo, en el que sobre todo con sus principales matices sociales, y en los que se centran en el cuidado hacia nuestra granja, nos harán recuperar el amor y el cariño a los aspectos más fundamentales de la vida misma. Si bien es cierto que, como último deseo, creo que sólo me queda cruzar los dedos para que algún día se haga realidad la llegada de un multijugador oficial. Un hecho que si bien haría cambiar la experiencia no haría ningún daño a la oportunidad de poder disfrutar de Stardew Valley con amigos.
Pros
- ✔️ Estética pixel art preciosa
- ✔️ BSO
- ✔️ La cantidad de opciones jugables
- ✔️ Casi infinidad de contenido
- ✔️ Libertad de elección
Contras
- ❌ Multijugador todavía no implementation de manera oficial
- ❌ La barra de stamina se vacía con demasiada facilidad
- ❌ Algunos fallos en la interfaz de usuario
- ❌ Localizador para encontrar con mayor facilidad con los aldeanos
Agradecimientos
Especiales agradecimientos a 505 Games por proporcionarnos un código del juego y darnos la posibilidad de poder analizarlo.
Galería
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