Para empezar quiero dejar algunas cosas claras a los que no entienden la necesidad o utilidad de las particiones de disco en linux.
Es muy común que la gente que conoce Linux por primera vez haya saboreado otros SO, como suele ser casi siempre, Windows. En Windows no se hace uso de particiones, y no facilita aprovechar el jugo que Linux le saca. Windows solo crea una partición por defecto. Cualquier otra partición se anexa, si no se hace lo contrario, en una letra unidad nueva accesible a través de «Mi PC«.
La razón de usar particiones distintas es que quedan separadas físicamente en el disco duro del PC los contenidos de tu ordenador. Así, si un día, por error o desgracia, el sistema operativo deja de funcionar y no arranca, todo los datos de usuario se mantienen a salvo. Eso si no se avería al disco duro, claro. De este modo, si por un mal uso o malfuncion del SO se tiene que formatear, solo se necesita formatear la partición de sistema, la de usuario (/home) se mantiene intacta y tan pronto se instale de nuevo el SO estará todo tal cual se tenía antes, ficheros, configuración de programas, descargas en proceso… perfecto!
A la hora de instalar cualquier versión de Linux, lo común es dejar una partición de sistema (partición raíz / ), otra de intercambio (swap) y una partición de usuarios /home).
En un caso típico, la partición raíz contiene una carpeta home, con la que se accede a la partición de usuarios, haciendo el acceso a particiones distintas totalmente invisible al usuario; no eres consciente de que estás en una partición distinta si no lo compruebas.
Por regla general, el Ubuntu (por seguir el ejemplo del inicio) necesita un mínimo de 4GB de disco, aunque si se hace un uso normal del mismo sería conveniente reservarle al menos 10GB. Esto permite instalar aplicaciones sin preocuparse por el espacio de disco, y, lo que es más importante, se necesita algún GB de disco para descargar las acualizaciones del sistema. Ubuntu actualiza cada 2 dias alguna aplicación, librería o configuración. Tan pronto alguien reporta un error de un programa se repara y se actualiza a todos los usuarios. De este modo Linux se ha ganado la fama de sistema muy estable, con pocos fallos de seguridad y actualizado a las últimas características de software (los efectos de escritorio se incubaron en Linux muy pronto, antes que Windows).
Para la partición de swap suele recomendarse dejar como mínimo una cantidad igual al tamaño de la memoria RAM. La memoria swap, o memoria de intercambio o partición de intercambio, no es más que memoria virtual, la misma que Windows y cualquier otro SO moderno usa para guardar en el disco duro partes de las aplicaciones que se están ejecutando pero no se están usando para dar cabida a nuevas aplicaciones. Así, si alguien tiene 1GB de RAM, tiene varias aplicaciones que usan en total 900MB y necesita abrir otra que requiere 250MB, el SO liberará memoria, dejando en la partición de intercambio trozos de las aplicaciones abiertas que no están siendo usadas (apliaciones minimizadas, etc.) aportando la utilidad de un PC con más memoria.
La partición de usuarios será, casi siempre, la partición que mantiene los grandes archivos, vídeo, fotos, música, etc.por eso reserva la mayor parte del disco.
Explicado esto, falta decir que no es necesario particionar el disco, pero siempre se recomienda encarecidamente. También es posible (y más recomendable) usar discos duros distintos para cada partición, esto dará mucho más rendimiento al sistema, pero encarece mucho más el equipo, claro.
Una última nota relativa a las particiones es el formato de disco. En la actualizad se usa el formato ext4 para particionar Linux. No es compatible con Windows ni con Mac OS, de modo que no se debe usar para memorias flash USB si se quiere usar en otros SO, claro.
Esto es todo, para empezar. En el próximo tutorial espero ayudaros a identificar los dispositivos que tiene el equipo, comprobar si reconoce correctamente el hardware y ver los mensajes de las nuevas conexiones (USB hotplug).