Allá por el año 1971, se detectó el primer virus, el cual fue conocido como “Creeper”, aunque este solo se propagaba mostrando un mensaje en las pantallas de los ordenadores de la época, que decía «Soy una enredadera… ¡atrápame si tú puedes!». Para combatir este virus, se creó el primer antivirus, concretamente «Reaper», siendo el inicio de la era de los antivirus.
Pocos años después, con el auge de internet, se hizo patente la necesidad de utilizar antivirus para estar protegidos en esta nueva red y no acabar infectados. Aunque, en esos años no teníamos la facilidad y acceso a los antivirus como hoy en día, que se hace todo a través de internet. En ese momento, para poder acceder a ellos, teníamos que ir a la tienda de informática de la esquina y comprar un antivirus, ya sea en formato discket o en CD.
Esto tenía como contra que, para cada actualización del antivirus, fuese necesario reinstalarlo desde una copia nueva, por lo que, muchas personas no lo hacían, quedando expuestas a nuevos virus o versiones de los ya conocidos.
En la actualidad, después de una evolución de los antivirus sustancial, tenemos una gran cantidad de tipos de malware que, aunque no todos son un virus como tal, entran en el mismo compendio de amenazas silenciosas. Dentro de estos, podemos encontrar: gusanos, troyanos, ransomware, spyware, herramientas para hackear, ransoms, DDoS…, estos son códigos maliciosos que pueden llegar a infectar nuestro equipo de una u otra forma. Por aquí podéis ver más sobre los tipos de virus informáticos que hay.
Como en la actualidad hay una cantidad increíble de virus, llegando a cientos de miles o millones de piezas de malware que están circulando por las redes, se suelen usar antivirus genéricos, ya que es imposible hacer una solución eficaz para cada uno de estos códigos. Estos antivirus suelen constar de 3 etapas, las cuales son: detectores, barrera y eliminador. De esta forma, se consigue una mejor eliminación frente a un posible uso indebido de un programa, por poner un ejemplo.
Por otro lado, también se realiza la comprobación de la firma de las aplicaciones, programas o archivos descargados. Esta es otra forma en la que funcionan los antivirus, detectando si esa firma ha sido cambiada por parte de algunas de las decenas de miles de códigos maliciosos que surgen a diario; o si se detecta directamente que es un virus, por parte de antivirus, como puede ser Panda Security, no se le dejará actuar. Aunque esto puede llegarse a burlar, al no tener un comprobador de todas las firmas de programas.
Por esta razón, tenemos que echar mano de los antivirus, los cuales, son especialistas en detectar elementos maliciosos dentro de los archivos que, aparentemente, son inofensivos. Ya sea algún archivo que hayamos descargado recientemente, como aquellos que tenemos en el equipo desde hace mucho tiempo.
Por regla general, los antivirus hacen bien su trabajo, protegiendo de las amenazas que vengan, tanto de internet como de archivos que tengamos en el equipo, impidiendo que se ejecuten en el caso de que los iniciemos.
Por otra parte, para aumentar la seguridad frente a los virus, desde hace poco tiempo, también ha entrado en escena la inteligencia artificial, con programas más avanzados que son capaces de detectar si un archivo o aplicación puede ser maliciosa por la forma que tiene de comportarse a la hora de ejecutarse en el equipo. De esta forma, se bloqueará si se detecta un uso indebido para el que no había sido previsto.
Como veis, desde los inicios hasta la actualidad, la forma que tenemos de combatir los virus y la manera de actuar de estos, han cambiado mucho. Por ello, cobra especial importancia el uso de antivirus para impedir acciones indebidas en nuestros equipos, ya sea PC o móvil, de los archivos o aplicaciones que usemos en ellos. Sobre todo, si solemos entrar en la banca online u otro tipo de consultas de carácter personal, donde el riesgo aumenta.
