Si eres de los que juega, edita fotos de gran resolución o renderiza vídeos, entre otros usos, necesitarás tener una tarjeta gráfica dedicada para conseguir un rendimiento óptimo. A la hora de comprar una tarjeta gráfica, deberemos de fijarnos en una serie de puntos para conseguir un rendimiento óptimo cuando la usemos.
Por este motivo, os daremos una serie de pautas a ver antes de comprar una tarjeta gráfica. Además de dejarte un listado de las tarjetas gráficas más vendidas, para que puedas tener una muestra de lo que hay en el mercado antes de comprar una.
Tipo de procesador gráfico
Dentro del tipo de procesador, lo que más abunda en el mercado actual son tarjetas gráficas con chip Nvidia o AMD. Dentro de las tarjetas gráficas de Nvidia, encontramos diferentes series, la más actual, son las de la serie 3000, como la RTX 3090 o 3080. También tenemos series anteriores que darán un desempeño en juegos bastante bueno, como las de la serie 2000.
En cada nueva generación de chip, se da una mejora de rendimiento considerable, a la vez que una reducción en el consumo energético, por ello, si lo podemos permitir y conseguir, cuanto más reciente sea, mejor.
Cantidad de memoria de vídeo o VRAM
En el mercado podemos encontrar las tarjetas de vídeo con diferentes tamaños de memoria VRAM. Las más recientes, suelen tener 8 u 11GB, en formato GDDR5. Cuanta más memoria tengan, podrán darnos resoluciones más grandes, perfecto para jugar en 2K o 4K, con una cantidad de fps adecuados. En los últimos lanzamientos, como la RTX 3090, podemos llegar a ver hasta 24GB GDDR6.
Fases de alimentación del chip gráfico y memorias
Para que la tarjeta gráfica funcione correctamente, necesita una alimentación muy estable, para ello, se diversifican en fases de alimentación que se encargarán de alimentar el chip gráfico y la memoria VRAM. Cuantas más tenga, mejor irá la alimentación de cada parte de la gráfica, aunque también es importante la calidad de los componentes.
El número de fases también depende del fabricante de la gráfica, que le quiera poner más o menos, lo normal es una configuración de 8 + 2 (8 para el chip gráfico y 2 para las memorias, en una RTX 2080). Aunque si vemos las que tienen los últimos lanzamientos, podemos encontrar una configuración de 18 + 2 para las RTX 3090.
Tamaño y peso
En este punto, influye mucho donde la vayamos a poner, ya que no en todas las torres de ordenador caben, sobre todo las más potentes y grandes, que suelen tener tamaños de más de 30 cm de largo. Además, el peso también suele aumentar al tener grandes disipadores. Por ello, deberemos ver si cabe en la torre y si ésta acepta el peso o si tiene algún soporte para evitar que se lleguen a doblar.
Potencia y conector de corriente
Según la potencia que tenga la gráfica, veremos cómo cuenta con más o menos pines de alimentación dedicada. Lo normal, es que tengan un conector de 6 pines de 12v, aunque las más potentes, llegarán a tener 2 de 8 pines.
Sabiendo esto, tendremos que ver si la fuente de alimentación que tenemos o vamos a adquirir, tiene los suficientes conectores y potencia para poder alimentar a la gráfica y al resto de componentes. Ya que, no por tener los cables, cuenta con la potencia suficiente para mantener la necesidad energética del equipo.
Refrigeración
Un punto clave es la refrigeración de la gráfica, tanto del chip como de las fases de alimentación y la memoria; ya que, si no es óptima, notaremos bajadas de rendimiento y FPS. Tanto el tamaño del disipador, como el número de ventiladores que tenga, es importante. Como podemos ver en la siguiente imagen, apreciamos como, además de enfriar el chip, también tiene termal pad para la memoria y las fases de alimentación.
Esto dará un mejor rendimiento, a la vez que duración de los componentes. También el número de ventiladores hará que el calor se extraiga correctamente de cada parte, y que no tengamos un ruido excesivo si tenemos pocos o solo 1. Ya que, cuantos más sean, menor revoluciones necesitarán para enfriar la gráfica y, por ende, menor será el ruido.
Material de fabricación
Otro punto clave son los materiales que tenga la tarjeta gráfica, tanto en la parte decorativa, como la propia estructura o refrigerador. Para tener una buena gráfica, deberemos ver que cuente con un back plate de aluminio, el cual, le dará rigidez extra a la estructura y evitará que se doble por el calor. En la parte superior, deberá tener, como hemos visto, un buen disipador y ventiladores.
Junto a esto, necesitaremos un acabado resistente que proteja el conjunto y no se deforme por el peso o el calor de ésta, además de favorecer una buena refrigeración.
Software de gestión
Para conseguir un mejor rendimiento, las tarjetas gráficas suelen tener un software de gestión, en el que nos permitirá, según el caso, cambiar de modos, velocidad de los ventiladores o personalizar la iluminación, en el caso de que la tenga.
En los más avanzados, es muy útil para mejorar el rendimiento en juegos o que, al llegar a una determinada temperatura, el ventilador de la gráfica gire más rápido para enfriarla antes.
Salidas de vídeo
Dependiendo donde la vayamos a usar, necesitaremos más o menos salidas de vídeo o de un determinado tipo. En la actualidad, las más comunes son HDMI, Display Port y DVI; aunque también podemos encontrar alguna con VGA, no es lo más habitual.
También dependerá del número de monitores que tengamos, necesitando más o menos de cada tipo, ya que, según el modelo, podemos encontrar 3 Display Port y 1 HDMI o dos y dos. Algo que tendremos que ver antes de comprarla.
Iluminación
Por último, tenemos la iluminación, la cual, la podemos tener desde lo más minimalista, de un led en un color, hasta las más vistosas, con leds RGB configurables junto al resto de componentes.
Aquí ya es más gusto personal, así que, en nuestra recomendación, os diríamos que éste sea el último punto a ver y que no le demos tanta importancia, ya que, estará consumiendo una energía y recursos del programa de gestión que reducirán algo el rendimiento del equipo.
Como podéis ver, son muchos los puntos que tenemos que ver y valorar en una tarjeta gráfica, alguno más importantes que otros, que nos harán fijarnos más en detalle antes de comprar alguna.