Con el verano llega el calor y las ganas de irnos de vacaciones a la playa, adonde nos llevaremos nuestros dispositivos móviles para seguir en contacto con nuestros amigos y con el mundo, al igual que hacemos allá donde vayamos, sin tener en cuenta esta vez, que nuestros dispositivos móviles, al igual que la gran mayoría de aparatos electrónicos con los que convivimos, son especialmente vulnerables a las temperaturas extremas, tanto frías como calientes; teniendo que enfrentarse a mayores en esta ocasión a la humedad, a partículas de arena y al polvo.
En general, en la industria móvil se acepta el rango entre los 20 y 40º C. para el funcionamiento óptimo de estos dispositivos, y a pesar de que parezca raro, el calor por sí solo no supone un desafío importante para los móviles. El peligro viene cuando los dispositivos tienen mala ventilación, la batería mal, muchas aplicaciones ejecutándose a la vez, aplicaciones en segundo plano, se le da un uso intensivo a la reproducción de vídeo, el GPS, el WiFi, etc., lo que junto a temperaturas elevadas puede causar daños serios en el dispositivo o incluso en nosotros mismos; ya que si el móvil supera los 60-70º C., los químicos de su batería pueden combinarse de forma inadecuada y el dispositivo puede llegar a explotar. De hecho, se han descrito algunos casos de personas que sufrieron quemaduras y daños graves por culpa de explosiones de móviles.
Cuando un dispositivo se ve expuesto a un calor extremo, lo más habitual es que su rendimiento general se vea ralentizado, debido principalmente a que el terminal no es capaz de refrigerarse; por lo que los usuarios notarán como las aplicaciones cargan más despacio, sobre todo aquellas que tienen un uso más exigente de la CPU, RAM y tarjeta gráfica. Además, muchas veces, llegados a cierto límite de tolerancia de temperatura, los dispositivos pueden dejar de funcionar, soliendo aparecer en la pantalla un aviso o un mensaje, como medida de protección, para que dejemos reposar y enfriar nuestro terminal.
Es importante tener en cuenta, que en los dispositivos el elemento que más calor produce es la batería, por lo que hay que tener cuidado con el uso de aplicaciones que gasten mucha batería (como GPS, WiFi, juegos, vídeos…) cuando hace mucho calor.
Muchos dispositivos nos ofrecen información sobre la temperatura a la que están funcionando en su interior, pero en caso de no ser así, resultaría interesante descargarse alguna app que nos permita monitorizar el calor de nuestro terminal y también establecer alertas para cuando la temperatura del mismo sea muy elevada.
Como medidas preventivas para evitar el sobrecalentamiento de nuestros Gadgets, es muy importante saber y tener en cuenta que las fundas son malas para la refrigeración de cualquier dispositivo, ya que están pensadas básicamente para su protección frente a caídas y rayaduras. Resulta más que obvio decir que hay que evitar dejar u olvidar nuestros smartphones expuestos al sol o en lugares calientes durante demasiado tiempo, como en la guantera dentro del coche.
En caso de notar nuestro dispositivo caliente es recomendable reducir su utilización o incluso apagarlos durante un tiempo a la vez que los ponemos a la sombra o en un lugar más fresco. Y si vamos a la playa es buena idea colocar nuestros dispositivos hacia el fondo de la bolsa, entre ropa o lo que resulta más efectivo es guardarlos junto a bolsas refrigerantes o acumuladores de frío, pero evitando en este caso que entren en contacto con la humedad o el agua, guardándolo por ejemplo dentro de una bolsa hermética.
Finalmente, cabe recordar que si decidimos llevarnos nuestros portátiles con nosotros de vacaciones, es buena idea llevarles también alguna base de refrigeración, aunque sea una de pequeño tamaño, para así evitar algún que otro susto debido al calor.
Así que ya sabéis, tened cuidado con el calor en vuestros dispositivos en las Hogueras de San Juan de esta noche!
Un saludo.
Fuentes: blogthinkbig y masmovil